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Columna de Rodrigo Guendelman: Los dolores de la ciudad se enfrentan con el CEGIR

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La semana pasada se inauguró un espacio único en Chile. En el subsuelo del magnífico edificio que ocupa el Gobierno Regional Metropolitano frente a la Plaza de la Constitución, Claudio Orrego, gobernador de la capital de Chile, junto a autoridades de la Pontificia Universidad Católica, develaron un proyecto en el que venían trabajando hace rato: el Centro de Gestión Integrada Regional (CEGIR). En pocas palabras, se trata de un cerebro para la ciudad que permita planificar, gestionar emergencias y tomar buenas decisiones.

Pero no estamos hablando únicamente de tecnología para hacer smart cities, algo que suena tan frío como distante. Hay algo mucho más profundo en la génesis de este hito: los dolores de la ciudad. Como dijo Orrego en el lanzamiento del CEGIR, “el lema del gobierno regional es recuperar la ciudad para las personas y, para poder servir a las personas hay que saber cuáles son los dolores de la ciudad. Hemos identificado cuatro grandes dolores: inseguridad, desigualdad, cambio climático y la fragmentación de Santiago, es decir, una ciudad donde hay 52 islas que son los municipios y en la cual cada institución genera información y políticas que no conversan con las otras instituciones. Este proyecto surge para hacerse cargo de estos dolores”.

En las palabras de los tres protagonistas del lanzamiento (el director de Transferencia y Desarrollo de la PUC, Álvaro Ossa; el profesor de la Escuela de Arquitectura y del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la PUC, Roberto Moris; y el gobernador), se recalcó la importancia de la colaboración entre el Gobierno Regional y otras instituciones asociadas a la planificación y gestión de la ciudad, de lo inédito que es este proyecto a nivel mundial y de la comparación entre la ciudad y el cuerpo.

“Son tantas las señales de información que tiene el cuerpo, que si no hay un centro que lo procese, no es capaz de avanzar en la dirección que requiere para enfrentar riesgos y amenazas actuales y futuras. Es el problema de las ciudades y sociedades contemporáneas: millones de terabytes de información, de datos, que rara vez transformamos en información digerible y que casi nunca se transforma en conocimiento que permita la toma de decisiones”, explicaba el gobernador.

Lo que se busca con el CEGIR es multiplicar los sensores de la sociedad, recabar todos los datos, transformarlos en información disponible para distintos actores y que eso permita la toma de decisiones de planificación. “Cuando partió este tema, el tema que nos dolía era la inseguridad. Y lo que estaba detrás era, por fin, integrar las 30 mil cámaras de seguridad de Santiago que están absolutamente desconectadas unas de otras, como si cada servicio público pudiera por sí solo abordar un tema que trasciende los límites comunales: la Unidad Operativa de Control de Tránsito, Transportes, Metro, los municipios, Carabineros, los centros comerciales, etc.

Lee la nota completa en La Tercera.